Basado en el reconocimiento que la juventud es un actor central en la construcción de ciudadanía y su participación política es esencial para el desarrollo del proceso educativo y garantía de una democracia cada día más robustecida, el proyecto de ley plantea la creación de un organismo de representación estudiantil bajo la forma de un Centro de Estudiantes. Está dirigido a toda la educación pública, sea de gestión estatal o privada, en nivel secundario y terciario, y en aquellos cursos, de más de un año, de Educación no formal sea de gestión estatal, privada, cooperativa o social, dependientes del gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
Emanuel, presidente del Centro de Estudiantes del Dámaso Centeno, contó la experiencia de crear un centro de estudiantes en ámbito educativo que tiene como particularidad ser un instituto militar de enseñanza media, destacando “los avances de los estudiantes en un marco de asambleas y de compartir distintas miradas para mejorar la situación de los secundarios”. Subrayando que “la unión del movimiento estudiantil es lo que transformará la realidad de todos los estudiantes”.
Malena "La China" Rinesi, presidenta del centro de estudiantes del Mariano Acosta, hablo de no naturalizar las deficiencias edilicias y estructurales que hoy tienen los colegios públicos, apostando a la “organización de la comunidad educativa, padres, alumnos, docentes, para mejorar la situación de la educación pública”.
Abril, presidenta del centro de estudiantes del Colegio Fader, Instituto de Enseñanza Artística, hizo hincapié en la “posibilidad de discutir temas que no solo son del ámbito educativo, sino también de la comunidad en general, violencia institucional, género, planteando la discusión política como un crecimiento para los estudiantes”.
Iván, presidente del centro de estudiantes del Juan B. Justo, aclaró que los estudiantes “no hacen política para ganar centros de estudiantes, sino para construir ciudadanía”, y compartió su mirada sobre la “importancia de la política partidaria en los jóvenes, como una fortaleza no solo para el presente sino también para el futuro”.
Javier Astorga, secretario de Relaciones Institucionales de SADOP, apuntó a “escuchar a los estudiantes más que darle consejos para construir juntos”. Hizo una diferenciación de la militancia en las distintas décadas, en los 80 saliendo de la represión, en los 90 con la licuación de los valores, revertido en la última década con la amplia participación de los jóvenes en la política.
Eduardo López, secretario general de UTE, dejó en claro que “la derecha no quiere sujetos de derechos políticos” y remarcó lo “fundamental de este proyecto que acompañamos, y por eso estamos acá”. Asimismo, destacó que “un derecho no es algo que tiene que dar sino que no te pueden quitar".
En el cierre de la presentación el legislador, Javier Andrade, autor del proyecto, señaló que este proyecto de ley “representa el inicio de un camino que requiere de debate y de participación para poder efectivizarlo”. Agradeció “la posibilidad de ser una herramienta institucional para que los estudiantes puedan ejercer sus derechos y generar conciencia crítica”, un carácter fundamental para el crecimiento del ser humano, como aporte para el colectivo.
Recordando el plenario de secundarios y las palabras de Cristina Fernández de Kirchner, el legislador, expresó que “en el contexto en el que vivimos, no cabe duda, que el mejor lugar para los jóvenes es la política, entendiéndola como herramienta de transformación de la realidad del conjunto”.