La crítica situación de las vacantes para la educación de nivel inicial no se resuelve construyendo una escuela y cerrando otra. La inversión en educación debe ser constante, sostenida y diversificada.
La educación de nivel inicial en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires está atravesada desde hace unos años por una crisis terminal. Al estado de deterioro edilicio de Jardines de Infantes (Nucleados y no Nucleados), Escuelas Infantiles y Jardines Maternales, hay que sumarle la falta de vacantes. Más de 9000 niñas y niños hoy en la ciudad más rica de la Argentina no tienen vacante para recibir educación inicial. De estas 9000 niñas y niños la inmensa mayoría corresponden a las salas de 45 días, 1 año (También llamadas deambuladores) y sala de 2 años.
Las respuestas ante esta situación por parte del Gobierno de la Ciudad fueron siempre parches que nunca terminan de resolver el problema de fondo.
El primer parche consiste en el traslado de niñas y niños en ómnibus escolares desde la zona sur a otros barrios con el sin número de trastornos que esto acarrea. Donde los niños y niñas quedan bajo el cuidado o contención del transportista y que luego de viajar, a veces hasta una hora, pueden encontrarse con su “Seño” o “Profe”.
La segunda supuesta solución es dejar a las familias en las interminables “listas de espera” que muy pocas veces logran encontrar a ese niño o niña con su ansiada vacante, a pesar de las distintas instancias judiciales y/o administrativas. Esta “Solución” que no es tal genera la injusticia de que muchas de esas niñas y niños nunca puedan acceder a su vacante de educación inicial generando consecuencias en su educación futura.
Y por último la más imaginativa e injusta opción que el gobierno de la Ciudad encontró para este problema son los “Centros de Primera Infancia”. Estos son lugares de cuidado inspirados en las ya arcaicas guarderías del siglo pasado. En estos CPI`s, si bien el trabajo de las compañeras y compañeros docentes hacen lo posible por brindar la educación que sus estudiantes merecen, las niñas y niños no reciben educación. Esto lo demuestra el hecho de que no dependen del Ministerio de Educación que conduce Soledad Acuña, y están bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Social que conduce Guadalupe Tagliaferri.
Esta situación no hace más que generar una profunda desigualdad entre niños y niñas. Los que tienen la suerte de que se les asigne una vacante o aquellos a los que sus familias pueden pagar la cuota de un jardín maternal de gestión privada adquieren el estatus de ciudadanos con derecho a la educación a partir de los 45 días de edad. Mientras que aquellos otros sin suerte o sin recursos adquieren el estatus de ciudadanos de segunda sin derecho a la educación desde su más temprana edad.
Por todo esto, desde el SADOP Capital rechazamos la decisión del Gobierno de Rodríguez Larreta de cerrar la Escuela Infantil Nº 6 D.E. 6º de la calle Venezuela 3158 (Jardín del Hospital Ramos Mejía), para trasladarlo a una escuela aún en construcción en Catamarca 342. Decisión por demás absurda conociendo el panorama antes descripto. ¿No sería mejor terminar la escuela nueva en la calle Catamarca para sumarla a esta oferta insuficiente que hoy tenemos? ¿Qué esconde esta decisión?
El gobierno de la Ciudad destina mucho dinero anualmente para sostener el sistema público de educación. Parte de ese dinero se utiliza para gestionar las escuelas estatales que en la Ciudad autónoma de Buenos Aires representan aproximadamente el 50% de la oferta educativa total. Otra parte de ese dinero la utiliza para subsidiar a las escuelas públicas de gestión privada, logrando de esa forma acercar servicios educativos a la población por montos en las cuotas muy inferiores a los costos si estos subsidios no existieran. Todos los que vivimos en esta Ciudad sabemos lo que cuesta la cuota en una escuela parroquial. Lo llamativo es que al mismo tiempo en que el estado no invierte en construir escuelas infantiles para cubrir la demanda del nivel inicial tampoco invierte en subsidiar escuelas infantiles y jardines maternales de gestión privada que ya existen. Esto haría que las cuotas en estos establecimientos fueran mucho más accesibles a una parte de la población. Hoy la cuota de un jardín maternal supera hasta un 500% a la cuota de una escuela primaria en el mismo barrio.
La verdadera solución no es muy difícil de imaginar y llevar adelante. Invertir para construir escuelas y así otorgar las vacantes necesarias a quienes no pueden pagar cuota alguna y al mismo tiempo distribuir dinero en subsidios para que las escuelas infantiles que ya existen puedan tener cuotas más accesibles para los sectores medios y medios bajos que lo que no pueden es afrontar los altísimos costos que hoy implica elegir para sus hijos e hijas un jardín maternal o una escuela infantil de gestión privada. Así complementando y diversificando la inversión podremos hacer efectivo el cumplimiento del derecho a la educación para todos y todas.
Cristina Olarieta
Secretaria de Nivel Inicial
SADOP Capital
Luis Marcelo Fidel Aguilar
Secretario Gremial
SADOP Capital