Mi hija es maestra jardinera y a menudo la veo dando clase por Zoom para niños pequeños y le pregunto: ¿cómo haces?, ella me contesta que lo más difícil es entender los cambios que han sido muy bruscos para este grupo de personitas; pero no menos difíciles para los padres o todos aquellos que estén a cargo de su cuidado. Los padres los conectan con una computadora y ella mediante juegos y técnicas trabaja con los pequeños. La respuesta; casi siempre es buena, pero no siempre.
Esta situación de aislamiento es nueva y perfectamente comprendida por los niños, perciben claramente que esta situación es distinta entre los adultos de alrededor. Esto les ocasiona preocupación, ansiedad y miedo. Al estar así hay cambios importantes en su conducta
Según la edad Unicef nos ayuda a percibir esos cambios:
De 0 a 2 años:
• Problemas con el sueño, como despertar más seguido, dormir menos o aumento de pesadillas.
• Pueden aumentar o disminuir las ganas de comer.
• Aumenta la irritabilidad, que quiere decir que pueden llorar más que lo habitual o tener rabietas más seguidas a veces sin alguna razón muy clara.
• Aumento de su necesidad de estar contigo o con los adultos que lo cuidan.
De 2 a 3 años
• Problemas para dormir, como no querer acostarse, le cuesta trabajo quedarse dormido, duerme menos y puede tener pesadillas o terrores nocturnos, o no quiere dormir solo.
• Aumenta la irritabilidad, que a esta edad quiere decir que está más nervioso o ansioso, se enoja más y puede hacer rabietas sin que entiendas mucho la razón.
• Pueden aparecer miedos sin motivo o llantos que no entiendes por qué ocurren o que son de mucha intensidad en relación a la razón que los inicia.
• Aumento de su necesidad de estar con vos o con los adultos que lo cuidan.
• Pueden aparecer conductas que se llaman “regresivas”, eso quiere decir que vuelven a hacer cosas que hacían de más pequeños, como por ejemplo comienzan a orinarse sin avisar o a hablar como bebés.
• Hay niños que incluso pueden tener síntomas de mareos, dolor de cabeza o dolor de estómago, pero es importante que consultes a personal de salud si estos se mantienen.
De 3 a 6 años
Además de lo dicho anteriormente, se puede observar:
• Problemas para concentrarse.
• Realización de juegos o dibujos repetitivos.
• Realización de sonidos repetitivos.
• Falta de deseo de estar con otros niños.
Y entonces, ¿qué hacés Rocio?, y papá, cuidarlos y entenderlos. Explicarles lo que está pasando con un lenguaje simple. Cuidarlos que su exploración del mundo no se lleven como de costumbre las cosas a la boca también explicándoles por qué sin generar situaciones fuertes.
Intentar contenerlos, abrazándolos a su propia altura y preguntándoles cómo se sienten.
Contenerlo: abrazarlo, ponerte a su altura física, decirle que entiendes cómo se siente.
Manejar amorosamente los llantos o rabietas con calma acompañándolo en ese momento e intentando que puedan explicitar que le pasa
Tener tiempo para estar presentes con ellos compartiendo algunas tareas del hogar. Intentar hacer estas actividades y otras que sean divertidas. Fomentar la lectura, las películas y el juego compartido en todo momento
Cuidar y respetar los horarios del sueño, como así también las rutinas diarias
Pero siempre recordá que hay que cuidar al cuidador. Hace vos también la cosas que te gustan pues el niño va a percibir tu situación de alegría lo cual te permitirá tener un estado de felicidad con lo cual cuidaras mejor a tu hijo
Apoyando a los niños niñas pequeños enfrentar cambios y orientaciones para padres madres y otros cuidadores en tiempos de COVID 19 Unicef para cada niño