Desde que se publicó la Resolución 2566/22 del Ministerio de Educación – GCABA no paran de circular repudios de personas, agrupaciones e instituciones. Todxs tienen algo que decir, y en medio de tanto repudio también se escuchan algunas voces a favor de la medida. ¿Por qué? Porque el lenguaje inclusivo (LI) es parte de nuestra realidad y la realidad puede ser mirada desde distintos puntos de vista, lo que no podemos hacer es negarla, o peor aún, prohibirla.
El LI no comenzó a utilizarse por la implementación de una normativa, sino como consecuencia de la necesidad de desnaturalizar un discurso que reproduce las desigualdades a través de un lenguaje patriarcal y binarista. La visibilización de las identidades sexogenéricas históricamente ocultadas son parte de la lucha por los DDHH. En nuestro país, tenemos una Ley de Identidad de Género (26 743/12) que establece que toda persona tiene derecho a ser tratada de acuerdo a su identidad de género y el lenguaje, como construcción social, comenzó a dar disputa en la arena del discurso hegemónico que ejerce una violencia simbólica sobre quienes no se identifican con el binarismo imperante.
Nuestra lengua está viva, y está en constante cambio. Cambios que a veces son inconscientes, hasta imperceptibles, y en ese sentido entendemos que lxs hablantes son lxs protagonistas del uso del lenguaje, quienes le imprimen ese dinamismo. Al mismo tiempo, sabemos que hay muchas personas que no comparten el uso del LI o que lo comparten pero se les dificulta su implementación (por cuestiones generacionales, por vergüenza…), por tal motivo creemos que este es un debate público en curso, y como tal intentamos abordarlo. Así, la escuela como caja de resonancia, no es ajena a esta situación. Ahora bien, ¿podemos saldar un debate público en plena ebullición a través de una resolución?
Hasta el momento, existen varias instituciones educativas de distintos niveles (escuelas, profesorados, universidades) que han avanzado en la implementación del LI, incluso el propio Gobierno de la Ciudad ha propuesto talleres de LI y realizó publicidad oficial utilizándolo. Hay tensiones alrededor de su uso, prohibir su uso no es la solución.
En relación a los fundamentos que aparecen en la resolución del Ministerio de Educación del GCABA, uno de los que se expresan con mayor fuerza es el bajo rendimiento de las pruebas estandarizadas que se aplican anualmente. En este sentido, creemos que atribuirle la no comprensión de un texto al uso de la e o la x es un argumento muy poco serio desde el punto de vista pedagógico. Es decir, pareciera ser que no se trata de un lineamiento de política educativa, sino que es un intento de otro tipo. El camino hacia una vida libre de violencias por motivos de género es largo e incluye el uso del LI, pero para transitarlo y sabiendo de las tensiones y resistencias apelamos al respeto por las otras personas (para quienes lo utilizan y para quienes no). En este punto nos parece interesante rescatar un fragmento de la participación de la escritora María Teresa Andruetto en el VIII Congreso Internacional de la Lengua Española, Córdoba, Argentina, 30 de marzo de 2019 en relación al Lenguaje Inclusivo: “Algo que no existía, comienza a ser nombrado. Algo que ya existía, quiere nombrarse de otro modo. Verdadera revolución de la que no conocemos sus alcances ni hasta dónde irá ni si abarcará un día a la mayor parte de la sociedad, a sus diversas regiones, a las formas menos urbanas de nuestra lengua y a todos sus sectores sociales. Lo que queda claro, lo insoslayable, es que se trata de una cuestión política, que la lengua responde a la sociedad en la que vive, al momento histórico que transitan sus hablantes.” (aquí el enlace de su discurso completo: https://www.youtube.com/watch?v=T8HYTImbdiA )
Volviendo a nuestra idea principal, creemos que la lectura de los lineamientos curriculares deben hacerse a la luz de los debates actuales y los cambios culturales, como educadorxs, no podemos ni debemos obturarlos. La exclusión/la inclusión a través del lenguaje es lo que nos convoca. No cerremos la discusión por decreto.
Prof. Laura Martire
Cjo. Dir. Sadop Capital