María Eva Duarte de Perón falleció el 26 de julio de 1952 a las 20.25. Pasaba a la inmortalidad la mujer a la que el Pueblo llamaba Evita. Incansable luchadora por los Derechos Humanos, se casó con Juan Domingo Perón en 1945 y tras la asunción de éste como Presidente de la Nación Argentina el año siguiente, se convirtió en primera dama.
Fue presidenta del Partido Peronista Femenino, presidenta de la Fundación Eva Perón y fue declarada oficialmente «Jefa Espiritual de la Nación» en 1952.
Eva impulsó y logró la sanción en 1947 de la ley de sufragio femenino. Tras obtener la igualdad política entre los hombres y las mujeres, buscó luego la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida con el artículo 39 de la Constitución de 1949. En 1949 fundó el Partido Peronista Femenino, el que presidió hasta su muerte.
El vínculo inalterable entre Evita y el Sindicato se forjó al ritmo del clima social que rodeaba la primera presidencia de Juan Domingo Perón. María Elena Damiano, precursora de la Asociación Pro Jubilación en 1936 (organización previa a SADOP), mantuvo una estrecha relación con la abanderada de los humildes. El lazo de amistad alcanzó a tal punto que Evita llegó a usar las oficinas del Sindicato para reuniones.
Gracias a la influencia de Evita, la docencia privada consiguió la sanción del Estatuto del Docente en el Congreso y su posterior promulgación con un acto en el Salón Blanco de la Casa Rosada en el que habla el presidente, Juan Domingo Perón, Eva Perón, María Elena Damiano y José Pérez Cruz.
También, desarrolló una amplia acción social a través de la Fundación Eva Perón, dirigida a los grupos más carenciados e impulsando el turismo social y creando colonias de vacaciones, otorgando también becas para estudiantes, ayudas para la vivienda y promocionó a la mujer en diversas facetas.