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Condiciones de vida y laborales de las trabajadoras docentes de gestión privada

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En el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, queremos compartir con vos algunos datos sobre las condiciones de vida y laborales de las docentes de gestión privada en todo el país, a partir de la recopilación y el análisis del Instituto de Investigación y Formación en Trabajo y Salud, así como de las consultas recibidas en nuestra Secretaría Gremial y Seccionales.

En la educación de gestión privada, el 75 % del plantel docente somos mujeres. Culturalmente, la docencia es una tarea feminizada, y como tal se la asocia al cuidado de otras/os, por lo que se espera de nosotras amorosidad, paciencia y sensibilidad. Esta construcción social nos condiciona como trabajadoras.

El 70 % de las docentes de gestión privada somos el principal sostén económico de nuestros hogares. Sin embargo, según nuestro salario, el 66 % de nosotras pertenece a la clase social de ingresos más bajos.

Más del 60 % tenemos hijas o hijos a cargo. Por lo tanto, resulta fundamental la efectiva implementación del Decreto 144 del 2022, que reconoce el derecho a contar en nuestros lugares de trabajo con espacios para el cuidado de nuestras hijas e hijos.

El 74 % de las docentes de gestión privada tenemos dificultad para conciliar lo laboral y lo familiar, ya que solemos llevar trabajo de la escuela a casa, donde también realizamos las tareas domésticas y de cuidado de nuestras hijas, hijos, adultos mayores o personas enfermas, y asumimos una “triple jornada”: las tareas docentes prescriptas, las tareas docentes reales y las domésticas y de cuidado.

El 68 % de las docentes de gestión privada estamos sobrecargadas laboralmente. Tenemos más de un cargo y solemos trabajar en varias escuelas (pluriempleo), lo que resiente nuestra salud: dolores corporales y de cabeza, tensión, nerviosismo, irritabilidad, agobio, problemas en la voz y dificultad para dormir, afectando también nuestra salud mental.

La división sexual del trabajo ha supuesto históricamente que las tareas más valoradas socialmente se asignaran a los varones, mientras que a las mujeres se nos han atribuido y se nos atribuyen las tareas de cuidado, las no remuneradas, así como lo referido a lo doméstico y con disvalor social. Esta desigualdad estructural es la base de una distribución injusta para las trabajadoras mujeres, y está presente también en la docencia.

En este contexto, las jubilaciones y moratorias especiales son políticas públicas necesarias para equilibrar las inequidades entre varones y mujeres. Reconocer las tareas de cuidado al computar los años de aportes es fundamental para compensar las desigualdades en nuestras trayectorias laborales como docentes.

Este 8M reafirmamos que el trabajo digno es un derecho y el Estado debe garantizarlo para todas, y decimos:

No a la eliminación de la moratoria previsional.

No al techo en las paritarias.

No a la precarización laboral.

No a los discursos de odio ni a la destrucción del Estado.

No a la eliminación de la figura de femicidio.

No a la violencia de género.

 Mujeres Sindicalistas de Sadop

6 de marzo de 2025