En esta cuarentena que estamos viviendo, nuestro nivel de movimiento espontáneo y de actividad física se están viendo drásticamente disminuidos lo cual puede poner en riesgo nuestra salud. Es por eso que existe un consenso general para fomentar la actividad física hogareña en esta época de pandemia ya que:
- Contribuye a la salud en general,
- Fortalece el sistema inmune y al bienestar emocional,
- Fomenta la cohesión familiar cuando se practica en grupo,
- Mantiene el estado físico,
- Evita el aumento de peso.
Recientemente la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) dio a conocer los resultados de una encuesta realizada online a casi 5.500 adultos, en la cual el 56,9% de los encuestados refirió haber aumentado de peso en lo que va del aislamiento por la pandemia. De este grupo, la mayoría (78,5%) mencionó haber aumentado entre uno y tres kilos, un 18% entre tres y cinco y un 3,5% más de tres. Seis de cada diez de los que aumentaron mencionaron que la causa fue la sumatoria de haber comido más y haberse movido menos; de hecho, solo un 17,5% refirió haber mantenido el nivel y la frecuencia de actividad física.
Un 44,7% de los encuestados refirió haber picoteado entre comidas, un 39,6% haber consumido porciones más abundantes o más de un plato y un 28,3% haber salteado comidas. Por otra parte, más de la mitad reconoció haber comido por ansiedad, hecho por lo demás esperable dado el contexto de incertidumbre y miedo que la situación sanitaria está generando en la población y que potencia la predisposición natural al aumento de peso que tienen algunas personas.
A continuación les dejamos unos consejos para mitigar el impacto de la cuarentena:
-Elaborar un cronograma general de actividades diarias, como forma de ordenarse y planificar las comidas del día, en cuanto a horarios aproximados y contenidos. Muchas veces las soluciones nutricionales tomadas “en el momento” suelen ser de mala calidad. Lo ideal es considerar cuatro ingestas básicas y dos colaciones, como para no llegar con mucha hambre a la próxima comida y además poner a trabajar más veces la “máquina digestiva” lo que ya de por sí nos ayuda a consumir energía.
La cuarentena puede ser una buena excusa para volver a la “comida casera” aumentando así la calidad de nuestra alimentación.
-Evitar tener a mano muchos alimentos. De ser posible, hacer las compras para el día; de paso de esta manera nos obligamos a movernos un poco, aunque sea para ir al súper más cercano.
– Permanecer el mayor tiempo posible en un ambiente en donde no tengamos comida fácilmente disponible.
– Puede ser una buena idea pesarse o, si no disponemos de una balanza, usar ropa no elastizada. El autorregistro nos puede ayudar a “concientizar” y poner foco en el tema.
-Cuando no estemos trabajando online o involucrados en tareas domésticas, desarrollar actividades recreativas (leer, escuchar música, chatear con alguien, etc.) para evitar comer por estar aburridos.
-Cuando nos invada la ansiedad o cualquier otra emoción negativa, intentar alguna técnica de relajación para poder “bajar” (ver nota: “Cómo manejar la ansiedad en tiempos de pandemia”).
– Por el contario, los momentos de mayor tranquilidad pueden sernos útiles para reflexionar sobre los pensamientos y emociones que nos llevan a comer de más, hacer un registro escrito de los mismos puede ser una buena idea para intentar reordenarlos.
Finalmente es importante recordar que no hay alimentos prohibidos sino que existen cantidades y frecuencias de los mismos que están en relación con las necesidades de cada organismo. Lo ideal es tratar de que la dieta sea variada incluyendo cereales (preferentemente integrales), carnes magras, huevos, lácteos desgrasados, frutas, hortalizas, semillas y agua. Si quieren conocer más sobre una dieta saludable pueden consultar la guía elaborada por los nutricionistas argentinos que pueden encontrar en este link: