La Universidad del Salvador, una vez más, despide a docentes sin causa marcando una línea de conducta en contra de los trabajadores.
Esto no es un hecho aislado, está enmarcado en un comportamiento sistemático de precarización y persecución laboral.
Es claro que la USAL sigue haciendo gala de su autismo y no quiere ver que la realidad del País ha cambiado. Que estamos en una sociedad democrática y que la impunidad y la soberbia con la cual se podía manejar en los tiempos de la dictadura y del neoliberalismo ya no existen.
Desde el SADOP repudiamos estas acciones que son inconducentes con una casa de altos estudios cuya esencia debería estar al servicio de los intereses educativos y no al de sus ganancias, como si los trabajadores docentes fueran un costo más de una mera producción educativa.
Estaremos atentos a los cambios de planes curriculares para que la implementación de los mismos no derive en la pérdida del trabajo, o signifiquen una mayor precarización laboral.
No queremos, ni podemos permitir que sigan ocurriendo decisiones unilaterales y arbitrarias. La voz de los profesores tiene que ser escuchada y la USAL tiene el deber de permitir la participación en las decisiones que repercuten en el claustro docente.
Por ello, en alerta y movilizados. ¡Exigimos ya! la urgente convocatoria a una mesa de negociación integrada por los representantes de la USAL y los delegados gremiales del SADOP, elegidos legítimamente el 8 de noviembre pasado.
La Organización vence