¿Por qué los docentes porteños rechazamos la oferta salarial de Acuña y Rodríguez Larreta?

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Los sindicatos docentes no estamos tomando de rehenes a nuestros estudiantes ni pedimos ingresos desmesurados.  Por el contrario, lo que estamos haciendo es defender el sistema educativo público, de gestión estatal y de gestión privada, para que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes argentinos reciban una educación de excelencia, objetivo imposible si se sigue desfinanciando a la educación y se siguen ajustando los salarios docentes año tras año.

 

            La Ciudad Autónoma de Buenos Aires no es la excepción en cuanto a la aplicación de planes de ajuste a la educación.  La prueba contundente la constituye la menor participación que año tras año le asignan al presupuesto docente respecto del presupuesto general de la Ciudad.  En el año 2016 el presupuesto para el Ministerio de Educación representaba el 22,10% del total, en 2017 dicha participación se redujo al 18,27% y para el 2018 es tan solo del 17,91%.

 

            Si analizamos el presupuesto en las partidas destinadas a sueldos docentes el ajuste es mayor.  Para el año 2018 la ciudad presupuesta un 16,25% de incremento para salarios docentes de los niveles de escolaridad obligatoria, mientras que las expectativas de inflación ya se colocan por encima del 20% incluso en las previsiones del Banco Central.  La cuestión es más dramática si consideramos estas previsiones por programa.  Para el nivel Inicial se estima una caída en el gasto salarial del -6,87%, esto implica que según el presupuesto se van a reducir los cargos docentes para el nivel inicial.  Para nivel primario prevén un aumento del 8,91% y para el nivel medio del 11,77%.  Por lo tanto, el ajuste de cargos también estiman aplicarlo en estos niveles, dado que se presupuesta un aumento del gasto en salarios docentes muy por debajo a lo que será el aumento salarial.

 

            Todos estos datos son oficiales, no los generamos los docentes sino el gobierno de la ciudad y se pueden encontrar en el presupuesto aprobado por la legislatura y elevado por el ejecutivo de la ciudad autónoma. 

 

            Pero hay otros datos oficiales que nos generan preocupación y son los que se vinculan al hecho de que el salario neto de bolsillo de una maestra o maestro de grado (Llamado cargo testigo) que recién se inicia y hasta 14 años de antigüedad en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se encuentra por debajo de la línea de pobreza.  Esos jóvenes además de estar preocupados por la mejor forma de preparar las clases, de atender las necesidades de aprendizaje de sus alumnos, de seguir capacitándose para la tarea docente, tienen el estigma de que su salario no cubre las necesidades de una canasta básica de bienes y servicios. La señora ministra dice que esto no es cierto argumentando que si tiene dos cargos duplica su salario, amparada en el viejo apotegma que dice que un docente trabaja 4 horas por día. Señora ministra, señor Jefe gobierno pensar así es como pensar que Lionel Messi solo trabaja durante los 90 minutos que dura el partido.

           

La Dirección General de Estadísticas y Censos de la CABA publica mensualmente el valor nominal de una canasta básica, aclarando que aquellos habitantes de la ciudad que tienen ingresos por debajo del valor de la canasta se los considera en situación de pobreza. 

 

            Si tomamos el valor de la canasta para el denominado Hogar T-1, Pareja de adultos, económicamente activos, con dos hijos menores de edad, propietarios y lo comparamos con el cargo testigo, neto de bolsillo con hasta 14 años de antigüedad, podemos verificar que dicho salario no cubre la canasta básica, es decir que los docentes que se encuentran percibiendo dicho salario se encuentran técnicamente en situación de pobreza.

 

            La situación no es nueva y se ha visto agravada en los dos últimos años porque el salario docente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha perdido más de 7 puntos respecto de la variación de precios en ese período.  Mientras el incremento salarial 2016-2017 acumulado fue del 70,15%, la variación del Índice de Precios al Consumidor, para ese período en la CABA, acumuló un 77,9%.

 

En el cuadro siguiente se muestra la diferencia entre salario docente de bolsillo, inicial y canasta básica CABA para un hogar T1, mes a mes.

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          Como se puede observar, durante todo el año 2017 el salario neto del cargo testigo, con hasta 14 años de  antigüedad, estuvo por debajo de la línea de pobreza.  Las diferencias crecen mes a mes, con excepción de los meses en los que se han producido incrementos salariales.  En esos meses, marzo, agosto y noviembre, se achican las diferencias, pero no desaparecen, los aumentos salariales obtenidos durante el año 2017 se han mostrado insuficientes para que el salario neto del cargo testigo supere la barrera de la pobreza por ingresos. Con la  inflación del 2,6% medida en  febrero, la discusión salarial debería incorporar un 23,03% de incremento para el salario neto del cargo testigo que sería el incremento necesario para que los docentes que perciben dicho ingreso cubran una canasta básica y superen la línea de pobreza.

 

          Obviamente, la discusión no se agota allí; a ese incremento inicial habría que sumarle los porcentajes esperados de incrementos del Índice de Precios al Consumidor para que no se repita la historia.

 

          Como es de público conocimiento, el gobierno nacional estableció como meta de inflación para el 2018 un 15% anual.  Sobre esa base, el gobierno de la Ciudad está ofreciendo un aumento por debajo de esa pauta y sin cláusula de ajuste, por lo que ni piensa en resolver la cuestión de los salarios docentes por debajo de la línea de pobreza, ni piensa cubrir los incrementos de precio, cuyas proyecciones, como ya dijimos, se colocan por encima del 20%.

 

          Por mucho que se esfuerce en gobierno en desacreditar a los dirigentes sindicales de los gremios docentes intentando, con mentiras, convencer a la sociedad de que nuestra lucha por los aumentos salariales es política, los datos que ellos mismos elaboran nos dan la razón y argumentos para esta lucha por la dignidad del salario docente.  No hay dignidad mientras que un solo docente de la ciudad continúe teniendo salarios que los colocan por debajo de la línea de pobreza.  Por esa razón no cejaremos en nuestros reclamos y seguiremos marchando y enarbolando las banderas de la educación con dignidad. También en estos tiempos de la posverdad sigue siendo cierto que la única verdad es la realidad.  

 

 

Alejandra López
Secretaria General
SADOP Capital

 

Fidel Aguilar
Secretario de Prensa
SADOP Capital
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