En principio es importante que recordemos que durante el retorno democrático en general y desde los últimos gobiernos en particular, por imperio de nuestras reivindicaciones ciudadanas, hemos avanzado significativamente en el complejo proceso de reconocimiento y ampliación de derechos humanos. Del mismo modo, también es importante que advirtamos que en el presente, muchos de aquellas conquistas están afrontando un proceso complejo y preocupante de regresión que debemos neutralizar.
Teniendo en cuenta ello, desde SADOP Capital, suscribimos la doctrina que considera a los derechos humanos como inherentes a la dignidad de las personas, por lo tanto, pasibles de exigir la remoción de obstáculos que los niegan, o los interpretan de manera restrictiva y taxativa. Muy por el contrario, consideramos que existe una estrecha relación e interdependencia de sus múltiples dimensiones que nos exige adoptar todos los recursos necesarios para tutelarlos y protegerlos, ya que sus diferentes categorías, en definitiva, constituyen un todo indisoluble en el reconocimiento de la dignidad de la persona humana.
Dado lo precedente, nos parece adecuado focalizarnos en algunos aspectos referidos a la equidad de géneros y la igualdad de derechos en las relaciones del trabajo. En este sentido, es importante generar más derechos para incluir y respetar las diversas opciones de vida que se realizan desde nuestro heterogéneo colectivo docente. Para lograrlo, tenemos que remover los patrones socio culturales rígidos y homogéneos. Teniendo en cuenta a los derechos laborales desde una perspectiva de géneros amplia y plural, que constituya un aporte que amplíe y enriquezca las interpretaciones en nuestros marcos normativos laborales. Continuando con nuestro análisis, nosotros creemos que las diferencias que existen en los ámbitos de trabajo entre varones y mujeres son producto de disputas históricas y culturales que rechazamos y que no se condicen con el presente equitativo que queremos construir y consolidar.
En los actuales contextos de lucha por el reconocimiento a la diversidad; a la igualdad de oportunidades, y a la paridad de géneros, nos parece muy apropiado que adecuemos nuestros derechos y deberes en el ejercicio de nuestra profesión con aquellos objetivos y anhelos. Para ello, en esta oportunidad, nos referiremos a las licencias parentales, que desde su cosmovisión y origen considera a los cónyuges y/o convivientes en igualdad de condiciones para desarrollar el cuidado y la educación de sus hijos. Concomitantemente con lo anterior , creemos que se deben ampliar los actuales derechos contemplados en nuestros marcos regulatorios para eventos familiares tan relevantes como la gestación, el nacimiento y/o la adopción, independientemente del género del contrayente y/o conviviente , que en definitiva incluya y amplíe derechos.
La igualdad ante la ley, es una premisa que nos debe movilizar para materializarla en los planos concretos de nuestra actividad .Por lo tanto, en éstas temáticas se hace imperioso salir de las miradas estrechas y leguleyas, porque nada impide que en el plano de las negociaciones laborales directas entre nuestro gremio y las instituciones educativas, produzcamos institutos protectorios de éstos derechos y nuevas realidades.
Para concluir, nos parece muy importante que nos animemos a problematizar y desnaturalizar la concepción binaria, tanto del sexo como del género, visibilizando y respetando la diversidad.
Estamos seguros que las miradas y enfoques amplios, tolerantes y plurales no solo nos enriquecerán como personas, sino que además nos permitirá generar marcos regulatorios incluyentes y respetuosos de los DDHH.
Marcelo Albornoz
Secretaria de DDHH
SADOP CABA