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Entrevista Norberto Galasso. “Manuel Belgrano el hombre que más se preocupó por la educación en la Argentina”

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Con motivo del bicentenario de la muerte de Manuel Belgrano, SADOP Ciudad de Buenos Aires entrevistó al historiador y ensayista Norberto Galasso a fin de que semejante voz de autoridad pudiese enriquecer la excluyente figura del multifacético prócer desde una perspectiva histórica nacional y popular.

Juan de la Vega

Congresal y Delegado de SADOP Capital

Javier Mauad

Secretario de Comunicación y Prensa

Sadop Capital

La historia encierra cuantiosas paradojas. Algunas logran horadar el destino de sus protagonistas, otras tallan a fuego sus suertes o pesares; todas se levantan como coincidencias que, para bien o para mal, forjan el porvenir de aquellos que están irremediablemente involucrados en ellas; porque ése es el cometido de toda paradoja, hacer encontrar en un mismo plano de tiempo y espacio uno o más hechos fortuitos que, lejos de entenderse como lógicos, se muestran en una combinación azarosa que resulta afortunada o lapidaria.

Para el 2020, ya de por sí enteramente paradójico por su excepcionalidad, la historia tenía reservada en su efeméride el aniversario en el que se cumplen doscientos cincuenta años del nacimiento de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano y también doscientos años de su silenciosa muerte. Porque aquel 20 de junio de 1820, a diez años de la heroica Revolución de Mayo, las provincias del Río de la Plata transitaban una profunda crisis; ese mismo día se habían autoproclamado tres gobernadores y el paso a la inmortalidad de Belgrano pasó casi inadvertida. Hoy, la conmemoración de su aniversario quedará definitivamente eclipsada por el cese de todo acto de carácter público que prescribe este tiempo de pandemia.

A partir de esta coincidencia, por cierto funesta en este caso, SADOP Ciudad de Buenos Aires decidió honrar la memoria que impone la efeméride para reflexionar junto al historiador Norberto Galasso sobre la trascendencia de esta personalidad que pensó el país como una verdadera Nación. Porque Belgrano fue un luchador constante por la igualdad social en Nuestra América, un economista que entendía que no podía haber independencia política sin un desarrollo sustentable, un ecologista y, sobre todas las cosas, un gran, un enorme educador.

Porque una de las mayores obsesiones de Belgrano fue la educación de los pueblos. A tal punto que promovió constantemente la creación de escuelas en las zonas más postergadas del territorio del Río de la Plata, pero también se dio el tiempo de asentar las bases de su funcionamiento con la elaboración de un Reglamento, donde explicitaba una educación inclusiva e igualitaria con una especial atención en el rol de los maestros.

Belgrano no sólo pensó un país, imaginó una Patria Grande, le dio una bandera como símbolo, a la cual juró en nombre de las Provincias Unidas de Sudamérica, y puso en el centro de la escena a los pueblos originarios para que la gobernaran de forma soberana.

¿Por qué la figura de Belgrano ha sido reducida a la creación de la bandera y a una imagen de austeridad política? ¿Cuál es el Belgrano que se esconde detrás de estas construcciones edulcoradas?

Estas construcciones responden al dominio que alcanzó Mitre entre los historiadores de su época, en su corriente histórica, con la vida de San Martín y la vida de Belgrano, pero lo importante del punto de vista de las fuentes, que son fuentes muy importantes, es la interpretación que evidencia la concepción porteña, bonaerense que tiene Mitre y que está lejos de la visión nacional. En esa visión se lo ha esterilizado como una figura eminentemente moral, en donde lo más importante de él es su ética, que no deja de ser importante.

Pero uno conoce mucha gente que tiene una ética muy importante y no son figuras trascendentales en la historia argentina. Y con eso se lo ha vaciado de contenido en muchos otros aspectos como, por ejemplo, en su relación con Moreno en el plan de operaciones, en su relación con San Martín. La jura misma de la bandera y su creación se han contado erróneamente; se dice que es el creador de la bandera pero no se dice que Belgrano hace jurar a sus tropas en las barrancas del Río Paraná por la independencia de América del Sur y mantiene vigente la concepción de la mayor parte de los hombres de mayo, en el sentido de que la revolución no era porteña, ni siquiera solamente argentina, porque Argentina ni siquiera existía. La Revolución era latinoamericana, que además después viene a confirmarse con el rumbo que tomaron las banderas de UNASUR y la bandera de Manuel Ugarte.

Entendemos que la historia es un campo de batalla donde dialécticamente entran en conflicto la política del pasado y del presente. En este sentido Belgrano es uno de los representantes más relevantes del proyecto nacional americano, que lamentablemente fue derrotado. ¿Esa tradición, en qué proyectos políticos podemos verla representada en el presente?

Creo que hay una voluntad manifiesta en este sentido, cuyo punto de partida creo está en el ABC que intenta llevar a cabo el peronismo histórico en la unificación y eliminación de las aduanas y en el acercamiento de Argentina, Chile y Brasil. Esto que se frustra con el suicidio de Vargas, el presidente brasileño (en 1954), es una de las cuestiones fundamentales de esa época y esto se retoma después con la creación del Mercosur y después del UNASUR durante el gobierno de Néstor Kirchner y después con el CELAC en la época en que es presidenta Cristina.

Del otro extremo, las oligarquías locales de cada país tratan de escindir y llevar a cabo una vinculación, no mirando al interior del país y hacia Latinoamérica, sino históricamente hacia el Imperio Británico durante y a partir de los años 30 -y especialmente después de la Segunda Guerra Mundial- hacia EEUU desintegrando la patria común por la cual luchó San Martín. En este sentido, San Martín podría haber dejado la lucha después del Combate de San Lorenzo, pero estima que las provincias unidas que buscan su independencia necesitan la independencia de Chile y Perú. Por eso también obra Bolívar, desde el norte al sur y San Martín del sur al norte con un mismo propósito, el de la unidad latinoamericana.

En la primera década de este siglo vimos nuevamente el sueño de la Patria Grande como un hecho posible y palpable; Belgrano planteó claramente un proyecto político regional que ha sido invisibilizado por la historia oficial en sus diferentes vertientes. ¿Por qué?

Mientras los sectores nacionales tienden al acercamiento y a la integración de América Latina, a la complementación de sus economías construyendo una alianza exportadora y presentándose al mercado mundial con la mayor fuerza a fin de hacer respetar sus derechos. Tal como se vio en el conflicto de Malvinas, en donde la Argentina sola no podía llevar a cabo la recuperación de las islas, se enfrentan con los sectores económicamente poderosos, dueños en general de los medios de comunicación. Esta lucha es fundamental para nosotros y de ahí que haya sido tomada por los grandes caudillos como Hipólito Yrigoyen o Felipe Varela, quien ya hablaba de la unión americana, hecho por el cual lo han calificado de montonero, bárbaro o salvaje. Por otro lado se encuentran los sectores medios más proclives a alejarse de los trabajadores, pensando que pueden ascender hacia las clases altas ligadas al capital extranjero. Esta es una lucha que aún hoy persiste.

En momentos donde en el mundo y en la Argentina se debate o especula sobre un nuevo orden social, ¿qué legado ideológico encontramos en Manuel Belgrano, en torno a la igualdad y la justicia social?

Belgrano fue un hombre que entregaba su vida, todas las horas del día a la liberación de su patria. Era su preocupación principal. A tal punto que insólitamente a un hombre de profesión abogado, lo exhortan para que dirija un ejército para marchar hacia el litoral, cuya propuesta acepta y en seguida se pone a profundizar en los temas militares para ver cómo servir de la mejor manera a su patria, en ese lugar que no era el suyo. Con plena vocación de servicio, Belgrano era un hombre que aceptaba cargos, como cuando lo nombran Jefe del Regimiento de los Patricios, cargo que le acarreará algunos problemas, como fue el motín de las trenzas. Más tarde acepta la Jefatura del Ejército del Norte, cuando ya no se encuentra bien de salud. En todo momento Belgrano expresa esa actitud de honestidad, humildad y ética, que no se le puede negar; se pone al servicio de la patria y ofrece todos sus esfuerzos de día y noche para su patria en peligro. Una patria que estaba naciendo y que a su vez encontraba muchas amenazas para fortalecerse. Belgrano consideraba que su vida personal era secundaria; era un hombre sin ambiciones ni pretensiones de jerarquías. Vivía humildemente, pero no sólo desde una mirada ética, sino en el sentido de poner todos los esfuerzos para asegurar la independencia de su patria, especialmente luego de 1816, donde hace un aporte fundamental traducido en el proyecto de la Monarquía Incaica, es decir, ligar la suerte de la Independencia a los pueblos originarios.

¿Cómo se vislumbra este proyecto trunco sobre la denominada Monarquía Incaica?

Ya Alberdi insiste sobre el proyecto de la Monarquía Incaica, que es planteada por Belgrano y apoyada rápidamente por San Martín y Güemes, y en 1816 en el Congreso de Tucumán, que una vez declarada la Independencia tiene que definir la forma de gobierno. Tanto San Martín como Güemes entienden que Belgrano tenía razón, que la monarquía atemperada, como se denominaba la monarquía constitucional, era la única forma de que las Provincias Unidas pudieran ser reconocidas como independientes porque esa era la forma de gobierno que prevalecía en Europa, no las repúblicas sino las monarquías constitucionales. Lo importante del proyecto de Belgrano, fue la idea de recurrir a las raíces americanas, ya que un hermano Tupac Amaru o Dionisio Inca Yupanqui, habían sido incluso dos posibles candidatos para gobernar desde Cuzco porque expresaban los pueblos originarios y provocaban el gran apoyo de esas comunidades. En ese sentido Belgrano hace un aporte muy interesante que ha sido distorsionado. Muchos historiadores dicen que Belgrano y San Martín declinaron y se volvieron monárquicos. La verdad es que ellos consideraron que era la mejor salida con el objetivo de enlazar nuestras luchas con las luchas de los pueblos originarios. Es ahí, en los pueblos de los pequeños países, de las patrias chicas de la América Latina, donde está la posibilidad de la Patria Grande, libre e igualitaria.

Como organización sindical de los y las docentes observamos en Belgrano al revolucionario de mayo más comprometido y preocupado por la educación del pueblo. ¿Es posible pensar a Belgrano como el padre de la educación popular en el Río de la Plata?

Si, exactamente. El ex Ministro de Educación, Alberto Sileoni, habla de Belgrano como el gran educador. En el Consulado, Belgrano elabora varios proyectos educativos, sin éxito, porque si bien desde un principio cree que puede influir sobre los comerciantes, luego llega a la conclusión de que a los comerciantes sólo les interesaba comprar a cuatro para vender a ocho. No obstante ello, Belgrano insiste en la educación, inclusive en la educación de las mujeres. Estamos hablando de la primera década del siglo XIX y Don Manuel Belgrano ya consideraba fundamental que las mujeres pudieran liberarse del estado de cuasi esclavitud en que vivían por medio de la educación. Más tarde cuando se dirige al Litoral y elabora el Reglamento para las Misiones[1], plantea como fundamental el objetivo de crear escuelas e incluso hace un boceto de cómo debería ser impartida la enseñanza. Cuando después triunfa en Tucumán y Salta, y el gobierno le otorga un premio por la acción militar, lo destina para que se funden cuatro escuelas en distintas ciudades[2]. Y poco tiempo antes de morir, le dice a su amigo Celedonio Balbín que quiere un testamento, en el que se establezca, entre otras cosas, el cumplimiento de la donación para la construcción de las cuatro escuelas que aún no se habían materializado y que se hizo realidad mucho tiempo después. Hay un recorrido personal, que lo atraviesa en el que la educación ocupa un lugar de privilegio en los programas políticos. En este sentido puede ser considerado como el hombre que más se preocupó por la educación en la Argentina, más allá de la cantidad de escuelas que hizo Sarmiento, que algunos se las adjudican a su Ministro de Educación, Avellaneda. Incluso más allá de las escuelas que construyó Roca durante su gobierno, que fue muy importante, porque la Generación del ´80 le daba mucha relevancia a la educación. Pero creo que Belgrano, con pocas posibilidades de aplicarlo, dado los lugares en que se desempeñó, tiene una continuidad, un hilo permanente que va desde su juventud hasta su muerte en favor de la educación pública.


[1] Manuel Belgrano: “Reglamento para el Régimen Político de las Misiones”, 30 de diciembre de 1810

[2] En las ciudades de Jujuy, Tarija, Santiago del Estero y Tucumán.