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Cuidar la vida para seguir educando

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Declaración del Plenario de Delegados y Delegadas

SADOP CABA

Buenos Aires 6 de Mayo de 2021

En un fallo singular y controvertido, la Corte Suprema de Justicia se expidió favorablemente respecto de la autonomía de la Ciudad, postergando en el mismo escrito la cuestión de política sanitaria, no justiciable, que tiende a priorizar los cuidados de la salud pública de las y los argentinos.

En este aspecto, el SADOP Capital sostiene una vez más su compromiso indeclinable con el cuidado y la preservación de la salud y de la vida de la comunidad educativa de la Ciudad, explicitando que la autonomía de nuestro distrito es limitada.

Por otro lado, el Jefe de gobierno de la Capital Federal, utilizando vericuetos judiciales por encima de la Ley y desconociendo una emergencia sanitaria que tiene efectos a lo largo y ancho de todo el país sin exceptuar a la Ciudad de Buenos Aires, nos deja vulnerables frente al virus.   Decimos entonces que primero está la vida y que hoy es tiempo de parar el virus, no a la educación.

Cuando decimos “HAY QUE PARAR”, no nos referimos a la educación como un derecho incuestionable, nos referimos a la propagación de un virus que se está cobrando cada día un número mayor de vidas y exige la determinación de tomar medidas inmediatas y contundentes.

Para ello, restringir la presencialidad de las clases responde a rigurosas e inapelables fuentes científicas, que sostienen la incidencia de la circulación como un factor más que importante en la propagación del virus. Ante ello, el Poder Ejecutivo Nacional tomó decisiones en el marco de sus competencias constitucionales para contrarrestar aquello. Situación que no fue acompañada por la Capital Federal que decidió judicializar la vida de las y los vecinos de nuestra Ciudad.

Nosotros concebimos a la Educación como un Derecho Humano inalienable de niñas, niños y jóvenes, somos partidarios del derecho constitucional de enseñar y aprender, pero a su vez sabemos, y es necesario entender, que sin vida no hay educación posible. Hoy, ya no se contagian solamente los adultos sino también nuestros estudiantes. Desde el inicio de clases presenciales, los contagios de personas de entre 6 y 18 años han escalado muy por encima de la media. Esto lo comprendemos todos los que formamos parte de la comunidad educativa. Por eso nos indigna la insensatez y la falta de responsabilidad social de algunos medios de comunicación, que sostienen una falaz confrontación entre salud y educación, tendrán que asumir su responsabilidad por ello.

La Corte Suprema de Justicia ha desconocido que, desde el comienzo del año en curso, particularmente en el ámbito nacional a través del Consejo Federal de Educación se llevaron a cabo encuentros y deliberaciones que se materializaron en resoluciones de política educativa que representaron y representan verdaderos espacios de diálogo y concertación.

Situación, que nuestra jurisdicción relativizó, nos referimos entre otros aspectos al semáforo epidemiológico; a la burbuja como caso estrecho y a la denominada transmisión intrainstitucional.

También se acordó en llevar adelante un plan nacional de vacunación docente que se encuentra absolutamente demorado en nuestra Ciudad, donde se registran porcentajes mínimos de docentes vacunados en comparación con otras jurisdicciones. Del mismo modo, podríamos expresar el acuerdo arribado sobre las formas de escolarización; la protocolización de las actividades educativas, la organización del tiempo escolar junto con la organización del trabajo docente. Todos estos aspectos, fueron parcialmente cumplidos por el GCABA y mínimamente considerados en el fallo del Supremo Tribunal. Lo precedente significó invertir el orden de prelación jerárquica de nuestro Estado Federal, colocando el derecho de la Capital del país por encima del Derecho Federal.

Como representantes de las y los docentes privados, que desempeñan sus tareas en todos los niveles y modalidades de las Escuelas Privadas, y como representantes del 50% del sistema educativo porteño, sostenemos nuestra medida de retención de tareas presenciales para continuar con los procesos pedagógicos desde la virtualidad.

La realidad imperante nos demuestra que seguimos siendo una de las jurisdicciones que posee los peores índices sanitarios, que los porcentajes de contagios por cada 100.000 habitantes siguen aumentando y que el sistema de salud está próximo al colapso y que la única posibilidad de continuar educando es cuidándonos entre todos.

Porque cuidar la salud es una cuestión humanitaria los y las docentes privados/as de la Ciudad de Buenos Aires decimos SÍ A LA VIDA, A LA SALUD Y A LA EDUCACIÓN.