Hoy nos toca, una vez más, que una escuela de la Ciudad de Buenos Aires, en este caso de gestión privada, deba ser evacuada por una pérdida de gas que afectó la salud de alumnos y docentes.
Las entidades propietarias tienen la responsabilidad de proteger y mantener sus instalaciones en condiciones reglamentarias y garantizar el correcto funcionamiento de todos sus artefactos.
Ello sin dejar de lado que la impericia y negligencia de los organismos de control del GCABA en las escuelas dejan mucho que desear.
El Ministerio de Educación de la Ciudad, a través de los entes correspondientes que de él dependen, es responsable de que se realicen exhaustivos y eficientes controles en todas las instituciones educativas.
Resulta inaceptable que miembros de la comunidad educativa se vean afectados por la falta de mantenimiento y poco control de los lugares donde deberían sentirse más seguros y protegidos.
Deben garantizarse siempre condiciones seguras en las escuelas.