Recordemos que la Convención contra toda forma de discriminación e intolerancia expresa en su artículo 1: “Discriminación es cualquier distinción, exclusión, restricción o preferencia, en cualquier ámbito público o privado, que tenga el objetivo o el efecto de anular o limitar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de uno o más derechos humanos o libertades fundamentales consagrados en los instrumentos internacionales aplicables a los Estados Partes.”
De acuerdo a lo precedente remarcamos que éste 17 de mayo, se celebra el 27 aniversario de la eliminación de la homosexualidad como enfermedad mental por parte de la Organización Mundial de la Salud. En conmemoración a este evento socio-cultural de consecuencias políticas, se erige como el "día internacional contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género”.
Esta fecha, debe ser de suma utilidad para celebrar, pero también para denunciar discriminación y reivindicar derechos. Fecha para provocar acciones que generen debate e interés respecto de la homofobia, transfobia y bifobia, además de reforzar la visibilidad de estas problemáticas.
En los últimos años son muchos los avances en igualdad que se han conseguido en nuestra patria, los cambios normativos como la ley de igualdad de género y la de matrimonio igualitario son instrumentos que han otorgado dignidad, seguridad, protección y autoconfianza a miles de personas y a sus familias. También es justo recordar que más allá de los avances y reconocimientos en la materia, la igualdad anhelada no ha sido conseguida totalmente pese a la importante tarea reivindicativa del colectivo involucrado y de la ciudadanía en general.
Por eso, como docentes debemos reivindicar el corpus normativo que supimos conseguir en la materia y ponerlo al servicio de una educación inclusiva, pluralista y democrática .Para que ello ocurra, es de vital relevancia que no dejemos de educar y concientizar en la plena vigencia y respeto por los DDHH. Recordemos que la discriminación por orientación sexual e identidad de género sigue existiendo y se nos presenta como una verdadera asignatura pendiente de resolución.
Por último, consideramos que se torna ineludible incorporar estos temas de manera sistemática tanto en nuestra formación como en nuestra capacitación y prácticas educativas. Solo a partir de ello, generaremos las condiciones reales para erradicar los prejuicios y visiones anacrónicas y discriminatorias. De esa forma, la justicia de género será un horizonte viable y sustentable en nuestra sociedad y seguramente nos hará crecer en intensidad democrática y ciudadanía plena.
Lic. Marcelo E Albornoz
Secretaria de DDHH
SADOP
Seccional Capital