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De la escuela al trabajo y del trabajo a la escuela

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La relación entre educación y trabajo es una cuestión que nos preocupó y ocupó a quienes
actuamos en el campo educativo desde siempre. Sabemos que esta relación se da en un marco
de articulación compleja, situada históricamente y que involucra diversos actores y dimensiones.
Será por eso que no nos queremos acostumbrar en la Ciudad de Buenos Aires a que los
anuncios en materia de políticas públicas se realicen sistemáticamente de manera unilateral e
inconsulta. El gobierno de la ciudad mostró una vez más que hace de sus anuncios un show. Y
esa es la forma por la cual las comunidades educativas se enteran de sus próximos destinos.
Ayer fue la virtualidad/presencialidad, hoy educación/mundo laboral. Nada nuevo bajo el sol. Una
vez más asistimos como espectadorxs a los diálogos imaginarios que el Ministerio de Educación
tiene con familias, docentes, sindicatos y estudiantes. Porque si lo hiciera escucharía lo que
precisamente omite. Por ejemplo, que la tasa de desocupación de lxs jóvenes aumentó en CABA
de un 11,4% cuando asume el binomio Macri-Michetti hasta el 23,1% en la actualidad, datos
estos que surgen de la propia DGEyC. También escucharían que las familias y estudiantes están
preocupados por su salida laboral al término del secundario, porque la mayoría de quienes
tienen la posibilidad de continuar sus estudios superiores precisan trabajar, cuando ya no lo
están haciendo en sus últimos años del nivel medio. Lo que implicaría una doble jornada laboral
para lxs adolescentes.
A lxs docentes de los colegios secundarios nos constituye un doble rol: acompañar a lxs
estudiantes al ingreso del mundo laboral y estar ejerciendo en él. Precisamente por esto último
es que reclamamos una discusión profunda y abierta sobre las medidas anunciadas. ¿Qué
mundo laboral les espera a nuestros estudiantes? ¿Qué mundo laboral tenemos? ¿Qué mundo
laboral queremos?. ¿Se conocen los resultados de políticas del gobierno de CABA que hayan
incurrido en la materia ? Si hablamos de trabajo, este concepto conlleva una dimensión
insoslayable: la remuneración. ¿Cuál es la manera en que es considerado este aspecto en la
medida planteada?¿Cómo se implementará la cobertura de seguro en los lugares de trabajo
tanto para estudiantes como para docentes? Todos estos interrogantes son apenas una
muestra de la necesidad de la apertura de espacios de debate transversales y profundos
que no pueden ni deben obturarse amparados en la conducción política de un gobierno
que confunde obtención de mayoría electoral con el silenciamiento de vastos sectores de
la sociedad. La franja etaria con mayor tasa de desempleo es la joven pero también la que
mayor precarización sufre. El siglo XXI está siendo afectado por grandes transformaciones en
las relaciones laborales. Muestra de ello son lxs jóvenes que vemos a diario en nuestra ciudad
con sus bicicletas, motos o autos ganando poco y sometiéndose al imperativo que llega a su
celular desde alguna plataforma digital. Eso no es la inclusión de la tecnología en el mundo del
trabajo, eso se llama precarización laboral.
El gobierno de la Ciudad dio en llamar a su nueva propuesta educativa: Actividades de
Aproximación al mundo del trabajo y de los estudios superiores (ACAP) y las entiende como
“aquellas experiencias pedagógicas concretas destinadas a acercar a los/las estudiantes al
mundo laboral, cultural y de la formación superior”. Interesante premisa con la cual a priori nadie
podría estar en desacuerdo, es más, es deseable. No solo porque responde a una demanda
social de familias y estudiantes sino porque así lo establece las resoluciones del CFE 84/09 y
93/09. El problema está cuando una política pública sólo se queda en el escalón del titular
mediático, cuando no hubo trabajo previo de articulación genuina con actores involucrados y
cuando poco o nada se sabe de su certera implementación.
Según la Ley de Educación Nacional N° 26.206 en su artículo 30, se establece que la educación
secundaria tiene entre muchos objetivos la vinculación de lxs estudiantxs con el mundo del
trabajo, la producción, la ciencia y la tecnología. Pero también establece que es función de la
escuela secundaria:
a) Brindar una formación ética que permita a los/as estudiantes desempeñarse como sujetos
conscientes de sus derechos y obligaciones, que practican el pluralismo, la cooperación y la
solidaridad, que respetan los derechos humanos, rechazan todo tipo de discriminación, se
preparan para el ejercicio de la ciudadanía democrática y preservan el patrimonio natural y
cultural.
b) Formar sujetos responsables, que sean capaces de utilizar el conocimiento como herramienta
para comprender y transformar constructivamente su entorno social, económico, ambiental y
cultural, y de situarse como participantes activos/as en un mundo en permanente cambio.
Reafirmamos la importancia de que la escuela establezca un puente o vínculo con el mundo
laboral, pero entendiendo que en esta relación se ponen en juego más que las trayectorias
individuales de lxs estudiantes, se debe considerar un proyecto que los incluya, que les abra las
posibilidades, es decir se trata de una cuestión colectiva, no individual. Cuando se habla de
Trabajo Joven a primera vista se asocia la falta de empleo en la juventud con la falta de
capacitación, cuando luego observamos que, especialmente en nuestra ciudad, a pesar de la
constante estigmatización del trabajo docente y de las trayectorias educativas de nuestrxs
alumnxs, existe en realidad una sobrecalificación para muchas de las actividades laborales que
se ofrecen hoy como posibilidades para acceder al mercado laboral. Entonces, no sólo se trata
de conocimiento, sino también de experiencias y eso es lo que hace interesante el titular
mediático propuesto por la cartera educativa porteña en voz del Jefe de Gobierno. En este
sentido, hablar de prácticas profesionalizantes o aprendizaje en servicio por ejemplo, debe ser
una cuestión cuidada y discutida a conciencia en términos de sus condiciones. De modo que la
escuela no se convierta en mera reproductora de las desigualdades que imperan en la realidad
que toca vivir por fuera de los ámbitos educativos en donde la vulneración de los derechos es
naturalizada en el plano laboral por ejemplo. Es el Estado , por voluntad política, quien decide a
través de la implementación de políticas públicas «meter mano» (y son bien visibles) en la
sociedad y el proyecto de comunidad que pretende construir. Si queremos que nuestrxs
estudiantxs se formen para el mundo laboral hay que asumir que es ahí mismo donde se está
construyendo, y el rol pedagógico/político de la escuela se hace evidente, importante e
insoslayable. Sería interesante pensar entonces en la inclusión curricular obligatoria de
áreas/materias para todas las orientaciones y modalidades que se vinculen con el derecho
laboral donde se pueda introducir al estudiantado sobre obligaciones y derechos que tienen lxs
trabajadorxs en el marco de las leyes que regulan las relaciones laborales en nuestro país.
Como así también que sepan que la herramienta política que tienen como futuro trabajadorxs
para defender sus derechos son las organizaciones sindicales independientemente de la
actividad laboral a la que se dediquen.
Hay algunos otros aspectos que todavía no se han dado a conocer de cara a la sociedad, y
sobre los cuales tenemos interrogantes. Dado que el gobierno de la Ciudad viene disminuyendo
año a año el presupuesto educativo, sería interesante saber cómo se llevará adelante la medida,
teniendo en cuenta que es necesario no solamente invertir en recursos tecnológicos que estén a
la altura, sino también en capacitaciones, recursos pedagógicos y del personal docente que se
verá involucrado en la tarea.
Es por eso que de manera incansable, lxs educadorxs insistimos en que las políticas públicas en
general y las educativas en particular deben ser discutidas, dialogadas y consensuadas de cara
a la sociedad, en todos los ámbitos donde haya actores involucrados, y no solamente con
empresas que no sólo “validan”contenidos, sino que pareciera ser, según se informó desde el
propio GCBA, estarían a cargo de la implementación de los mismos. El gobierno de la ciudad
debe propiciar y hacer efectivo los espacios donde toda la comunidad educativa (familias,
estudiantes, docentes, sindicatos) tengan voz y se vea reflejada en las propuestas
gubernamentales. Al fin y al cabo, de eso se trata la democracia, no solamente de participar en
comicios, sino de hacernos responsables de construir entre todxs un proyecto de ciudad en
donde la escuela no eduque sólo para satisfacer las demandas del mercado laboral, sino que
forme una ciudadanía crítica con posibilidades de insertarse en el mundo del trabajo pero
sobre todo, que puedan llevar adelante sus proyectos de vida.

Martín Rosales
Docente-Psicólogo
Secretario de Nivel Medio y Terciario
SADOP-CABA